Debido al auge de la digitalización, las estafas y fraudes son cada vez más frecuentes en nuestra sociedad. Los delitos económicos afectan a individuos, empresas e incluso instituciones públicas, generando pérdidas millonarias y poniendo en riesgo el bienestar financiero de miles de personas. Pero ¿conoce la sociedad realmente el término de estafa?
El Código Penal español define la estafa como un delito contra el patrimonio en el que, mediante el uso de engaños o fraudes, se induce a una persona a realizar un acto de disposición patrimonial que la perjudica económicamente. Este acto fraudulento debe estar motivado por un ánimo de lucro y causar un daño patrimonial a la víctima o a un tercero. Una vez definido el concepto, es conveniente mencionar las distintas tipologías de estafas que existen:
Estafas informáticas: el autor manipula sistemas o datos informáticos para obtener activos patrimoniales. Tales como phishing consistente en que el estafador envía correos electrónicos, mensajes de textos o enlaces falsos para engañar a la víctima y que esta proporcione datos confidenciales tales como contraseñas, número de tarjeta de crédito o información personal, ransomware cuya característica principal es que el estafador bloquea el acceso a determinados archivos informáticas y exige una cantidad monetaria a cambio de desbloquearlo o crytojacking donde los estafadores instalan en secreto un software en el ordenador para minar criptomonedas sin su consentimiento.
Uso fraudulento de tarjetas de crédito o débito: utilización indebida de instrumentos de pago para realizar transacciones en perjuicio del titular.
Estafas de multipropiedad: prometen ventajas y beneficios en contratos de multipropiedad que posteriormente no cumplen o no reflejan lo pactado. Por ejemplo, la venta de multipropiedad inexistente donde el estafador vende derechos de multipropiedad sobre una propiedad inexistente y la víctima ha realizado un pago anticipado por una vivienda que nunca va a ver.
Estafas basadas en inversiones fraudulentas: muy comunes en esquemas piramidales o estafas Ponzi, donde el estafador promete rentabilidades exageradamente altas. Un caso bastante sonado en los medios de comunicación fue el de Bernard Madoff, el cuál prometía a sus clientes grandes rendimientos y durante años mantuvo la ilusión de que su «inversión» funcionaba, cuando en realidad solo usaba el dinero de nuevos inversores para pagar a los anteriores.
¿Cuándo actuar legalmente? El Dolo y el Engaño Bastante
Para que se considere un delito de estafa, el engaño debe ser “bastante”, es decir, suficientemente grave como para inducir al error. Además, el Tribunal Supremo subraya la importancia de la intención de la persona que engaña (dolo), lo que hace que no todos los incumplimientos de contrato sean estafa, sino aquellos donde ya existía una intención de defraudar desde el inicio.
¿Qué hacer si has sido víctima de estafa?
Si sospechas que has sido víctima de una estafa, lo mejor es actuar de inmediato:
- Recoge pruebas: guarda todos los documentos, correos electrónicos, y cualquier comunicación con el estafador.
- Consulta a un abogado especializado: un abogado puede ayudarte a interpretar la situación, entender tus derechos y guiarte en el proceso de denuncia.
- Presenta una denuncia: es importante poner el hecho en conocimiento de las autoridades para que investiguen y puedan tomar acciones legales.
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